Yo soy Licenciada en Relaciones Públicas. Eso es lo que estudié en el Shopping. Es una carrera muy interesante, corta, dura cuatro años, lo cual te permite insertarte más o menos rápido en el mercado laboral teniendo un título que certifica que adquiriste habilidades específicas (los salarios de hambre que se pagan en el sector serán tema de otro post).
La verdad que muuuucha profundidad teórica no tiene la carrera. Aunque el programa incluye materias como Psicología, Filosofía, Historia, aparte de las específicas de Comunicación y Relaciones Públicas, cuando me recibí me quedó un "sabor a poco". Por eso decidí estudiar una segunda carrera en otra casa de estudios.
Aclaro para los que no están en tema, porque algunos todavía piensan que Relaciones Públicas = Tarjetero, las Relaciones Públicas son básicamente Ciencias de la Comunicación aplicadas a la comunicación de las organizaciones.
Hago esta breve introducción antes de linkear un entrevista que salió hoy en La Nación a un importante empresario argentino. Lo que más me interesa en este caso no es la entrevista en sí, sino el párrafo final del periodista que copio a continuación:
"No fue fácil conseguir la entrevista con Carlos Pedro Blaquier. Suele tener un perfil bajo y la mayoría de las notas que concedió en los últimos años se hicieron con sus condiciones: hay que pasarle las preguntas por escrito y él contesta de la misma forma. Rechacé esa propuesta y una posterior, permitirle leer el original de la entrevista antes de publicarla. Finalmente, accedió a tomar un café conmigo. Allí descubrí que él estaba dispuesto a hablar, pero que lo rodea un ejército de asesores que lo protegen con excesivo celo. Claro, saben que cuando habla de más puede meterse en problemas. Nuestra charla fue seguida de cerca por uno de sus asistentes y por un directivo de Ledesma, pero Blaquier desafiaba cualquier precaución y habló apasionadamente durante más de una hora. Se nota que ha vivido mucho y que no le teme al qué dirán."
Me resulta interesante porque es una una práctica muy común, a pesar de que una de las primeras cosas que te enseñan en la facultad cuando ves relaciones con la prensa es: NUNCA se pide la nota para ver "como va a salir publicada". Nos guste o no, el periodista publica como a el mejor le parece. Es una de las premisas básicas de la libertad de prensa.
Entonces, me pregunto: ¿Por qué muchos colegas siguen asesorando a sus clientes o jefes de esa manera?, ¿no sería más productivo, aunque por supuesto más trabajoso, entrenar al entrevistado para que conteste con corrección en vez de obstaculizar el trabajo del periodista?
Aquí el link a la nota.
La verdad que muuuucha profundidad teórica no tiene la carrera. Aunque el programa incluye materias como Psicología, Filosofía, Historia, aparte de las específicas de Comunicación y Relaciones Públicas, cuando me recibí me quedó un "sabor a poco". Por eso decidí estudiar una segunda carrera en otra casa de estudios.
Aclaro para los que no están en tema, porque algunos todavía piensan que Relaciones Públicas = Tarjetero, las Relaciones Públicas son básicamente Ciencias de la Comunicación aplicadas a la comunicación de las organizaciones.
Hago esta breve introducción antes de linkear un entrevista que salió hoy en La Nación a un importante empresario argentino. Lo que más me interesa en este caso no es la entrevista en sí, sino el párrafo final del periodista que copio a continuación:
"No fue fácil conseguir la entrevista con Carlos Pedro Blaquier. Suele tener un perfil bajo y la mayoría de las notas que concedió en los últimos años se hicieron con sus condiciones: hay que pasarle las preguntas por escrito y él contesta de la misma forma. Rechacé esa propuesta y una posterior, permitirle leer el original de la entrevista antes de publicarla. Finalmente, accedió a tomar un café conmigo. Allí descubrí que él estaba dispuesto a hablar, pero que lo rodea un ejército de asesores que lo protegen con excesivo celo. Claro, saben que cuando habla de más puede meterse en problemas. Nuestra charla fue seguida de cerca por uno de sus asistentes y por un directivo de Ledesma, pero Blaquier desafiaba cualquier precaución y habló apasionadamente durante más de una hora. Se nota que ha vivido mucho y que no le teme al qué dirán."
Me resulta interesante porque es una una práctica muy común, a pesar de que una de las primeras cosas que te enseñan en la facultad cuando ves relaciones con la prensa es: NUNCA se pide la nota para ver "como va a salir publicada". Nos guste o no, el periodista publica como a el mejor le parece. Es una de las premisas básicas de la libertad de prensa.
Entonces, me pregunto: ¿Por qué muchos colegas siguen asesorando a sus clientes o jefes de esa manera?, ¿no sería más productivo, aunque por supuesto más trabajoso, entrenar al entrevistado para que conteste con corrección en vez de obstaculizar el trabajo del periodista?
Aquí el link a la nota.
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