
Aunque me encanta la historia, no lo estaba leyendo por placer sino para un parcial de Historia Argentina, por lo cual durante estos días tuve que abandonar la lectura de este otro que empecé en el verano pero como es en inglés voy un poco lento (bueno, bastante lento):
El parcial fue el lunes a la noche pero aún no he retomado su lectura, aunque lo veo que me mira desde la biblioteca (sí, a mí mis libros me miran), me puse a leer éste:

Demian me lo prestaron y tengo que devolverlo cuanto antes. O sea, no sólo no tengo suficiente con la parva de libros que me compro y que no llego a leer sino que también ando pidiendo prestados
Retomando la idea de que los libros me parecen la mejor inversión del mundo (después de la depilación definitiva, de la cual hablaré en otro post), creo que no es necesario leer un libro inmediatamente luego de comprarlo. Creo que hay momentos para cada libro. Ya sea por tu estado de ánimo, por la época del año o por el lugar en el que estés. Por ejemplo, este verano que me fui a Perú me llevé para leer éste:

Sí, se me ocurrió leer a Vargas Llosas en Perú, ¡qué original soy! ¿no?
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